sábado, 8 de noviembre de 2014

EL PEQUEÑO NIÑO


Érase una vez, un niño que iba al colegio. Él era bien chiquito y su colegio era bien grande. Cuando el niño descubrió que podía trasponer la puerta de la calle e ir a su salón de clases caminando, se puso feliz y el colegio ya no le parecía tan grande como antes.
Una mañana cuando el niño estaba en el colegio la profesora dijo: "hoy vamos a hacer un dibujo" ¡Qué bueno! Pensó el niño, pues le gustaba hacer dibujos. El podía hacerlos de todos los tipos: leones, tigres, gallinas y vacas, trenes y barcos. Tomó su caja de lápices y comenzó a dibujar.
Pero la profesora dijo: "esperen, todavía no es hora de comenzar". Ella esperó hasta que todos estuvieran listos.
Ahora dijo la profesora, "nosotros vamos a dibujar flores" y el niño se puso a dibujar bonitas flores con sus lápices rosa, naranja y azul.
Pero la profesora dijo: "esperen, quiero mostrarles como hacerlo" y dibujó una flor roja con el tallo verde. Luego les dijo: la profesora, "ahora ustedes pueden comenzar".
El niño miró la flor de la profesora y miró su flor. A él le gustaba más su flor, pero no podía decirlo, volteó el papel y dibujó una flor igual a la de la profesora, era roja con el tallo verde.
Otro día cuando el niño estaba en una clase al aire libre, la profesora dijo:
"Hoy haremos alguna cosa con arcilla", ¡Qué bueno!, pensó el niño, a él le gustaba jugar con arcilla, podía hacer todo tipo de cosas: elefantes, pericotes, autos y camiones y se puso a amasar y hacer una bola de arcilla, pero !a profesora dijo: "esperen, todavía no es hora de comenzar", y ella esperó hasta que todos estuvieran listos. Ahora, dijo la profesora, "haremos un plato", "qué bueno" pensó el niño, porque le gustaba hacer platos, y se puso a hacer platos de diferentes formas y tamaños.
La profesora dijo: "esperen, voy a enseñarles cómo se hace", y ella les enseñó cómo hacer un plato hondo. Luego les dijo: "ahora ustedes pueden comenzar".
El niño miró el plato de la profesora y después miró su propio plato, a él le gustaba más su plato que el de la profesora, pero no podía decírselo. Amasó toda su arcilla formando una bola grande e hizo un plato igual al de la profesora, era un plato hondo.
Pronto el niño aprendió a mirar y hacer las cosas exactamente como la profesora, ya no hacía las cosas como él pensaba.
Entonces ocurrió que el niño y su familia se mudaron de casa, a otra ciudad y é! tenía que ir a otra escuela.
Esta escuela era más grande que la otra y no había puerta de calle para su salón. El tenía que subir grandes peldaños hasta su salón.
El primer día que estaba en la escuela, la profesora dijo: "hoy vamos a hacer un dibujo", "que bueno pensó el niño y esperó que la profesora dijera lo que había que dibujar, pero la profesora no dijo nada y sólo caminaba por el salón.
Cuando ella llegó donde estaba el niño, le preguntó "¿no quieres dibujar?", "Si", dijo el niño, ¿qué vamos a dibujar?.
"Yo no sé hasta que tú lo hagas", dijo la profesora. "Dibuja lo que te guste", dijo la profesora. "¿Y de que color?", pregunto el niño. La profesora respondió: si todos hacen el mismo dibujo y usan los mismos colores, cómo voy a saber ¿cuál es el dibujo de cada uno?. "Yo no sé" dijo el niño y comenzó a dibujar una flor roja con tallo verde.



Helen E. Buckey U. of Bridgeport